jueves, junio 28, 2007


Pescando con la inmortalidad de un amigo.-


Es muy bello despertar con el sonido de los animales y más aun que no se sientan intimidados con uno. Un buen café caliente en el cuerpo y comienza una nueva jornada de moscas, camino recordando que me motivo a pescar, y a decir verdad mi familia no tiene tradición de pescadores pero si de aventureros viajadores. Mi abuelo persona de sólidos principios y gran respeto caballero por donde se mire, cosa que no se ve mucho en estos días. Le encantaban los viajes algunos de trabajo y otros de placer, cosa un poco difícil para esos años, muchos años atrás. Yo lo acompañaba todo el día donde el se encontrara trabajado, nuestra relación fue muy cercana y a pesar de eso nunca se hablo de pesca, amenos de lo que yo recuerdo, hasta el día de hoy me falta su compañía, y aunque no hubiera podido ser pescador de moscas, debido a su no videncia tengo la certeza que me hubiera acompañado mas de alguna vez a pescar.-
Ahora comprendo muchas de las cosas que hablamos cuando era un niño cosas como el respeto a lo natural, el decía que había que tener equilibrio en adquirir las cosas de la naturaleza así uno no tendría nunca problemas y así varias otras cosas en la que aun le encuentro la razón.-
Me detengo unos momentos y de pronto una sombra en el agua y que se contornea suavemente, una trucha de mediano tamaño, se mueve con cierta decisión hacia adelante y regresa a su posición anterior, ya se lo que podría estar tomando busco en la caja, esta no, esta talvez, aquí estay escondida en un rincón, una ninfita que lleva el nombre de mi abuelo Miguel, ato esta san miguel, lanzo rió arriba y nada, otra vez y de nuevo nada, comienzo a hablar solo vamos viejito Miguel una ayudita, termino la frase y esta vez no la deja pasar la toma, salto y carrera buscando refugio tras unas piedras luego de unos momentos la tomo y digo la vez mi viejito Miguel esta bonita la arcoiris, te agradezco por la ayudita y la libero en la corriente, esa es para ti.-
Así estuve todo el día, camine buscando truchas por la orilla algunas las mire en mi mano y otras se fueron antes de lanzar, bueno así es la pesca, si no le colocamos algo de sentido del humor y un poco de corazón se transformara en rutina.-
Mi viejo Miguel abuelo y amigo en los ya 20 años que han pasado desde tu partida donde quiera que te encuentres estas palabras de recuerdo y cariño son tuyas por todas esas cosas que me enseñaste y que todavía atesoro en mi corazón.-

Cristian Mellado

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